miércoles, 8 de mayo de 2013

II:

Como un clamor distante, escuché tu último suspiro,
al estrujar con fuerza tu fina garganta:
escuché el instante que decidió, entregarse al olvido:

Y mis manos cubiertas de sangre,
gloriosas derrotaron mi hastío.
Y tu terrible sonrisa de rosas
fue arrancada a placer mio.

Me ha trascendido tu existencia,
que antes era mi completo martirio,
ahora infinita es mi inocencia
al saborear que al fin te hayas ido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario