martes, 16 de noviembre de 2010

sus ojos al suelo

En aquella ciudad luminosa y llena de personajes pintorescos era por donde paseaba, esa había sido la ciudad que la había visto nacer, crecer y degenerarse -todo ese proceso natural de la humanidad- aquella en la que se refugiaba en sus horas de desvarío. La verdad es que ya no estaba tan acostumbrada a estar sola, y darse cuenta que estaba en medio de la gente la hizo temblar. Realmente tenía miedo de tantas personas, tenía miedo de las caras que conocía, tenía terror dibujado en su faz. Quería que acabara esa agonía, quería no tener que recorrer por aquellas calles frías  que azotaban sus pensamientos y en cada uno de ellos el terror de mirar ojos conocidos.
No me había dado cuenta, pero ya no mira de frente, solo mira al suelo, no quiere ver caras,  no quiere ver expresiones, cubre sus oídos con música que sabe que la acompañará, se encorva, camina, trata casi de correr, trata casi de hacer solamente lo necesario en esa noche. Esta asustada.
--¿Por que temes? ¿que delito cometiste?
-no lo sé.
-no crees que estás siendo demasiado severa?
-creo que estoy siendo justa
-¿justa según que parámetro?
-el mio
-¿y ese parámetro que fundamentos tiene?
-que te importa.
Y se aleja con su paso rápido, sin mirar a los lados, solo observando los colores necesarios, solo deteniéndose cuando el tumulto de gente no la deja pasar. Esta muy asustada, pero no puede seguir así, yo la miro, yo la conozco, sé que no tarda en morirse a ese paso...

viernes, 5 de noviembre de 2010

época de frio.

Se puso su lipstick -el mas rojo de ellos- arregló   su cabello especialmente con flores rojas y naranjas, pintó sus ojos mas negros que de costumbre y con el canto de su dedo índice secó su casi naciente lágrima para que no arruinara su look que hace poco adoptó.

Ya no tenía la costumbre de traer audífonos, contrastaban mucho con su folcklorico vestuario negro de encaje, pero aún así los usó con esa vieja música que solo tenía reservada para ella. Antes de que saliera la miré fijamente y le dí mis bendiciones para que continuara su camino, le mencioné esas palabras de ego que yo si suelo decir a menudo, y la protegí de todo mal y le dí el respaldo, tomé su orgullo y lo alcé  y sus altivos movimientos de verdad simulaban a lo que yo quería expresar.
Así anduvo por la ciudad a su citado destino ya entrada la noche. Nadie quebraría su voz. Nada haría que derramara sus  lágrimas. Me tenía a mí y solo a mí.
Llegó con aquellas sus compañeras y fue donde tapé mi cara de vergüenza por ver que con una palabra ella se desplomó irremediablemente. Sus ojos no podían disimular su tristeza, y  aquella su mentora, la consoló. Fue extraño por que no tienen esa confianza, pero aún así la respaldó y le preguntó sobre sus lágrimas. Ella buscó el cobijio de su mentora madre y su altivez falsa y ruin -si siendo ella eso es lo que es- fue a diluirse junto a su perfecto maquillaje.
Sintió la realidad, pudo sentir  mucho frío, la torpeza de sus pies, y aunque su mentora  la llevó junto a sus compañeras a un viaje lustroso entre un maravilloso mundo de sonidos y colorimetría, ella trataba de no pensar. No pudo evitar reconocer ese sentimiento que tenía en su corazón, lo puedo comparar como al que siente un condenado a la hoguera.
El frio congelaba sus pies, luego de andar descalza, y sus manos temblaban con una fuerza inentendible. Al poco rato comprendió que no eran de frío era de desesperación,  y que el frío del entorno no era nada comparado con el frío de su alma.
Creo que en ese momento fue cuando se hartó de mi.

jueves, 4 de noviembre de 2010

quiero ser pintura

Ya habìan pasado muchos meses desde la última conversación que tuvimos sobre los deseos.
Esta vez narraré yo, no la dejaré platicar puesto que anda muy quebrada su voz y es mejor que tome yo las riendas antes que se diluya su sangre con sus lágrimas y su torrente sanguíneo sepa a sal.
Esa vez quise que entrara en razones, puesto que  acaba de pasar esa tragedia inundante que casi la mata, así que me compadecí de su tan sufrida alma -llorona- y la abracé y prometí que no la dejaría esta vez ni ninguna vez jamás. Le prometí que iba a estar con ella en todo momento y la iba a cuidar mientras se restablecía y así lo hice, la abracé, la dejé dormir y la invité a enfrentar a sus demonios personales que tanto sueño le quitaban.  Todos esos terrores -incluso aquellos que ya se me olvidaron los nombres- tuvo que enfrentarlos frente a frente a sus avatares. Las emociones la destruyen, la enferman, es una persona que suele darme asquito por ser tan endeble y es por ello uq e la peleo tanto y  suelo regocijarme con su dolor. Pero esta vez era diferente. Esa ùltima guerra que tuvo de verdad estaba decaida y triste, de verdad se sentìa miserable, de verdad estaba peleando con uñas y dientes, de verdad se habìa quedado sola, y no estaba ahì nada más llorando como las cosas se le venían encima, sino que con sus dedos llenos de heridas seguía rasguñando. Tuve que abrazarla, sinceramente me causó fuertes heridas acercame a ella.  Sinceramente casi me mata con su furia pero al final pude guardarla en mi pecho y le dije "confía en mi" ¿pero como podía confiar en mí si yo era una de sus principales agresoras?. Caminamos juntas y ella se recargó en mí para llorar lo que le pasaba. Estaba pasando eso sola, pero estaba enfrentando sus dolores y no solo estaba quejándose como tantos años lo hizo. Todo lo que conocía tuvo que renunciar, toda una vida proyectada fue destrozada ante sus ojos. No era mas que papel, no era mas que ilusiones, la invite a caminar durante mucho rato hasta que por fin llegamos a su lejana casa y ahí durmió hasta recuperar sus fuerzas.
El día siguiente siguió dormida, pero me platico que ya pudo descansar, que nada la atormentó en sueños. Llego destrozada a su oficina un día antes y esta vez ya era factible hablar con ella, ya podía verse de vuelta con los ojos tranquilos.
Doy un salto a un año anterior.
¿Qué paso?
Esta vez yo no intervine  demasiado, esta vez me limite a observar como se retorcía del dolor en el suelo. Había sido usada. Había sido lastimada a muerte por quien confiaba. No sabía como podía seguir, pero yo estaba enojada por ella, por que yo estaba segura que eso pasaría, todo mundo le advirtió el peligro y ella misma sabía que eso terrible pasaría. Y si, la consumió. Yo no la quise ni tocar, yo solo vi que se la tragó la tristeza y que sus amigos fueron a su rescate.... el fue a su rescate....
Sinceramente yo no sé en que estaba pensando  ella cuando aceptó esa ayuda. Solo la hundió mas, la evadió de la realidad,  aceptó todo lo que le hicieron por que sentía que merecía esa humillación. Pero para un alma como ella ... ¿que tanto podía aguantar?.
Quedó peor.
Demos otro salto a un año mas, bueno para que, es un panorama parecido....
Ciclica la llamo.
Ahora cuando despertó y pensó que todo era un sueño y entrando en razones mas a fondo de su estado catatónico se dió cuenta que no, que esa expulsión de su infierno personal no era mas que una burla de su propio inconciente para que lo extrañara -aja extrañaras tu infierno de sueños por que son de esos de sueños, de ideas..... anda, ve a tu infierno real, y ahí consumete-  y en efecto, despertó temprano, vio esa música y no pudo mas . . . arrancó de ahí todo aquello fue a su introspección  y sacó sus viejas heridas sonoras -al menos estaban cicatrizadas- y ahí escuchò, gritò mientras caía agua sobre su piel y fue donde tuve otro diálogo con ella, de esos que rara vez solemos tener.
Ya no quiero ser mùsica -me dijo- los agònicos chillidos de los intrumentos destrozan mis tìmpanos. Los resonantes tambores asustan mis latidos, todos y cada uno de ellos son cuchillos, todos y cada uno de ellos me lastiman en el canal de la memoria. Es poca, poca la mùsica que me tranquiliza. Tienen sangre, pulsa su fluido auditivo bizcoso  sobre mi cerebro.
No pude evitar  ignorarla.
Aún ahí lastimada estaba lùcida de la violencia que ejerce y la abracè y esta vez no me mordió, solo manoteó brevemente  pero la abracé, bien le dije, que no me olvidara y por un momento se empezó a olvidar de mí y eso siempre le pasa cuando solo piensa en ella. 
-Quiero ser pintura, quiero perdurar, quiero ser bella y admirada-
ay! seguía con sus posturas artìsticas ella, seguí en su afán de ser un montón de cosas menos ella misma.
-Vete!- me dijo- vete!déjame sola, que todo lo que toco lo lleno de llagas.
La abracé, ya conozco sus gritos de guerra de bestia vencida.
-A mi no me andes corriendo -le dije- yo estoy contigo en los peores momentos, el problema es que te olvidas de mi en los mejores momentos, y de ahí desvarias y sintiéndote en ausencia te deprimes y completas ese circulo del que tanto afamado nombre mencionamos.
-Quiero dormir y ya no despertar.
Me  quedé callada frente a sus palabras, suele decirlo a menudo. Pero esta vez habìa algo diferente en su voz.
-No digas nada ahora que estás así, ya pasará. Has podido levantarte anteriormente.  Ya podrás levantarte. Ya podrás.
-Quiero ser pintura.
-No, tu solo quieres ser mujer.

lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Regresaré?

Yo la conozco, ya se como es, por mas cosas que conozca no deja de ser la misma.
 Vi como lentamente se comenzó a vencer, todas aquellas cosas empezaron a derribar su confianza, todas aquellas gotitas de veneno que  esquivó lo mas que pudo,  las absorbió por su piel.  Sé como es, y se que ahora mismo está cansada y vencida.
Miré el cielo con preocupación los últimos días, he visto los nubarrones grises extenderse peligrosamente por ellos, y a medida que los pensamientos están ganando…  ella está perdiendo. Esta vez creo que como nunca esta peleando ciega con su espada ensangrentada lucha con sus enemigos invisibles… lo que no sabe pues que está abriendo la carne de los seres que la cuidan, esta lastimando de vuelta su carne quemada.
Le encanta divisar cosas lejanas,  y sé que vió lo que le dijeron que podría pasar. No pensé que esta vez le fuera a afectar, se veía tan segura ¿Qué cosas vió para aceptarlas como posibles? Sigue pues guerreando , la tormenta se desató… aquella mujer la mira con reproche y tristeza, -¡por eso debes guardar silencio!- .
Siento lo que pasa por su mente, yo vivo en ella, sé que su mente esta tan enegrecida, se que la oscuridad completa ya no la deja ni mirar el profundo cielo azul. Esta profundamente cansada, la propia existencia le parece mentira, el tiempo una injusticia, la distancia una medida grosera, luego piensa que tal vez simplemente todo esta en el campo de las ideas, y eso aún más la entristece, quiere aventarse a la tierra y fundirse con la lluvia. Así es ella, le pide a la vida flores y las marchita no sabe cuidar su catedral, ¿Cómo podrá cuidar la catedral ajena?!
Esta sufriendo, yo lo sé. Quiere irse ya de este lugar, le parece una terrible perdida de tiempo vivir, piensa en dos cosas terribles y a veces ya no la entiendo: Piensa en lo perene de los instantes, piensa en lo rápido que se consume la vida misma, piensa que las cosas que ocurren están condenadas solo a convertirse en recuerdos y es polvo, polvo y luego aire… y luego nada mas que los recuerdos y la dolorosa cotidianidad. El sistema de la vida no le gusta, y sabe pues que ya es así y no le queda mas que asumir, que el tiempo le parece poco, que la distancia le parece un nombre, que todo aquellos no es equiparable con el campo de sus sentimientos y de los porqués vino a este plano de carne.  Todo aquello es un escenario para experimentar su carne en la tierra, en el fuego, en el agua, en el viento….  No le gusta pensar que solo llegará el fin y eso es lo único seguro y no sabe cuando y no le gusta desconocer  tanto sobre su propio destino.
Por otro lado piensa con su mente, con aquella parte fría y grosera que a veces la condena. Piensa sobre lo que vive, piensa sobre lo que sueña, piensa lo que anhela… y al final sabe –o esta segura, o cree saber-  que todo esto ahí permanecerá en el plano de las ideas y no se consumirán. . .
Y…. yo detecté otro pensamiento y ese no me gustó, pues fue  donde siempre se ha dado el punto de quiebre: condenarme a la cotidianidad, al luego que? Para que? Por qué? Que fin? Si todo no es mas que polvo, si todo no es mas que un instante…. Si todo no es mas que un suspiro intangible que traerá dolores insospechados…
Las dos conciencias en eterna guerra, están sacando tosas sus herramientas para destruirme.  Y como con las tres estoy de acuerdo y no, no puedo ayudarlas entre sí.
Solo entran pensamientos mas foscos que me inducen a un sueño pasivo, corto mi cabello, visto de colores,  dejo de dibujar, dejo de cantar, solo me dedico a escribir. Guardo silencio.
Cierro mis labios, ¿será pues que no será mejor solo dejarme consumir?...
Y odio cuando piensa así. Su actitud pasiva me da asco, sus prejuicios y aceptaciones ciegas inculcadas me asfixia…. A ella también como llora la sufrida! Prefiere entonces solo asumir, callar, solo aceptar!! Antes de guerrear.
Y por otro lado maquila la guerra, ¿quién ganará? …
Yo estoy cansada de pelear,  tengo la piel llena de heridas provocadas por mis conciencias y mi entorno que no lo entiende y solo me lastima más. Por ello me iré lejos … lejos donde no pueda lastimar a nadie con mi sádica batalla a muerte.
¿Regresaré?
Es una posibilidad.

sueño

La última vez que ella decidió escribir estaba terriblemente derrotada. Sin duda los parámetros de su estabilidad suelen ser muy pequeños, las líneamientos suelen ser prácticamente invisibles.
Esta vez fue un proceso mas largo de negación -no la pueden culpar-pero así es ella, así será siempre y esta vez tenía unas razones poderosas -por que ha de saber bien que ya no desea seguir así- mas así era.
Esta cansada, mucho, no puede seguir así de cansada, se consume y se le extrae poco a poco la savía. No hay palabra alguna que la consuele y todo lo derrama, sus ojos son dos cascadas y el maquillaje de sus mejillas está diluido terriblemente. No puede descansar, no sabe como hacerlo, solo quiere dormir, ir a viajes imaginarios, a ciudad fantásticas, de aquellas que existen en la tierra y otras más de su propia imaginación. Quiere volar libre, donde su cuerpo ya no sea mas un impedimento, donde el oxígeno insoportable no vuelva a atravesar sus pulmones.  Donde el agua que tanto adora la envie de pronto al fondo de su cuna y de ahí no vuelva mas.
Pero vuelve a caer en la realidad, vuelve a abrir los ojos y mirar su entorno fosco, lleno de blanco, lleno de indiferencia, lleno de cotidianidad.
No quiere, de verdad ya no quiere. Solo quiere fundirse en la tierra. Ser una con el aire, Ser una con el mar.

Fuego, fuego, fuego, desea fuego.  Consumirse en el dolor corporeo para liberar su infierno personal.
No hay consuelo, no hay elementos, no hay palabras, no hay señal.  Solo silencio, ideas nada mas.
Sangra, sangra, sangra, escarlata risueña que tiñe las sienes, rubis preciosos que esparce el caudal,
fluidos corporales espesos, calientes, que anuncia el deceso, que vaticina  el ansiado  funeral.

No puede seguir así, no puede seguir así, no quiere seguir así. . . Rotundamente no.
Por eso quiere dormir, por eso quiere soñar, no puede mas soportar.