Lo que nunca fue, lo que nunca será!
esas vanas esperanzas que de vez en cuando inundan los sentidos y los vuelven por momentos focalizados a lugares inexistentes de la mente, espejismos, fantasmas de las memorias que de pronto su presencia se hace partícipe de la atmósfera contaminada de verdad.
Seca y oscura verdad.
Cuando más crees encontrar, no es solo más que el moho de la habitación mental formando imágenes donde no hay más que humedad, hongos...
Y aquello perfecto tocado por la mano de la cordura solo es agua, agua entre los dedos que se resbala incesantemente hasta convertirse en polvo, lágrimas, ideas, suplicios y caricias inquietas que de pronto huyen hasta el infinito y no es que no sea es que no debe y no será.
No es que en el fondo de el infierno dantesco, congelando sentimientos inmersos, desesperados inquietantes, amargos... volcándolos hacia la mismísma nada... No es que ahí no exista, existe, tocado por la mano angélica, aquella, la bella palabra.
Pero volatizada como una simple pluma eternizada en lienzo, pero intangible, obligado pues ahora a ser borrada de la memoria, por no quedar otro remedio mas que alusivamente citarla.
pero de pronto algo imposible pasó!
El demonio de la memoria aquel que siempre en la oscuridad acompañaba a la voz inquieta ha muerto!
No es buena noticia, puesto que la dramática e intoxicada realidad esta a punto de ahogar mi impio látir.
Y ... aquel impulso de sobrevivencia late, el vacio del pecho no había sido nunca tan profundo, y los dedos son los únicos que gritan ante el desierto que se ha quedado sordo de tanto pregonero.
Ahora, en un giro, igual de insano que aquel cadaver arrojado al mar de la memoria.... Mis labios en momentos se abren para vertir palabras que irán al profundo laberinto de los lamentos... por momentos eso me hace sonreir, y en la oscuridad de aquel hogar mental en el que antes solía ir a jugar con mis recuerdos, puedo por segundos estar en calma, pero se esfuma. Puesto que no se en que momento, en que forzada hora, volví a equivocarme. Volví a sucumbir ante aquella mirada aterrada a la cual ya no expreso palabra alguna.... Veo por un segundo atrás, veo.... la película de mis recuerdos. Ahora ellos no son nada. Solo sombras que fueron mis compañeros, no más. Ahora... No hay sombras. No hay nada.
Todos mis esfuerzos, todos los arañazos que dí a la pared en busca de sobrevivir, de expresarme, de no guardarme esto que torturaba a mi mente.... todo eso fue en vano.
Lo vertí, y aterrorizó mi labia.
Es tiempo entonces, ahora en la misma nada....
Tomar mi último recurso: vender mi alma, entregarme a la frivolidad.
Antes que el dolor silencie por siempre mis dedos.
Y consuma por fin mi mente.
No hay nada ahora en mi corazón. Solo la oscura habitación mental. . .
La visualizo, nunca había lucido peor que ahora.
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2010
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