jueves, 5 de agosto de 2010

Quiero ser música.

Has despertado.
Abrí los ojos y ella seguía ahí, me sonrió, acarició mi cabello y cerré los ojos de vuelta, solo para pasar un rato en ese precioso momento.
¿Soñaste con aquello que te atormentaba? -Se atrevió a preguntarme.
-No. Soñé tantas cosas, que no fueron nada al final de cuentas.  Estoy descansada, aun tengo mucho de que reponerme, pero estoy tranquila. Ese sabor no me agrada del todo, puesto que me gustan las guerras tempestuosas y esas cosas, me gusta el ardor del amor en mi corazón, y las cosas épicas guerreando a diario en mi cabeza.
Ella solo sonrió. Me dijo que mas tarde analizaría mis palabras y me explicaría muchas cosas.
Así que luego de tomar  algo juntas -una agua verde insabora y purificante-  me dijo antes de cuestionarme_
¿Que quieres ser?
-¿Como que que quiero ser? -sí que esperas ser para alguien más, cuando si se da el caso tengas que compartir tu vida, alguien fuera de nosotras.
-Bueno creo que eso es fácil responder... ¡quiero ser música!.
No me sorprende tu respuesta.
Tengo varias cosas que decirte hoy -dijo seriamente- y es mejor que no me interrumpas ni me cuestiones por hoy. Déjame explicarte cosas que creo y luego ya podrás continuar.
-Solo asentí con la cabeza-.
Aunque he sido muy poco partícipe  a tu favor en este tiempo, Conozco tu historia personal, la he visto, y sinceramente no pensé que llegaras a este punto de tu vida, en cual todavía conservaras vida. Veía tus pensamientos oscuros, y sentía que un día no podrías más y solo invocarías a la muerte y te entregarías fiel a sus brazos. Pero me demostraste que fuiste mas fuerte.
Sé que no te apoyé, y no sabes cuanto lo siento, no sabes cuanto me duele que nos hallamos perdido el respeto, pero déjame decirte que todo este tiempo te he hablado de vez en cuando, pero como eras incapaz de escuchar mi voz con tu símbolo tuve que usar símbolos que tu si escuchas para poder comunicarme contigo de vez en cuando.
Todos aquellos días en donde dialogaste con tantas figuras fui yo, solo yo. A ellos les hacías caso y tuve que hacerlo. No estuviste tan sola como creíste, así que también no has sido tan inocente en este tiempo.
Sé que quieres ser música. Claro que lo sé.  Fue el símbolo más poderoso que adopté para poder llegar a tus oídos. Y lo malo es que fuiste como todos aquellos ciegos religiosos que obedecen a la cruz pero han olvidado que lo que representa realmente es un sacrifico, una vida ejemplar, y no solo un símbolo.
Te volviste mujer de carne.
Aspirabas a la música, !claro! te enevabas y perdías a momentos en ella, estabas absorta bajo un hechizo interminable, bajo un estandarte, bajo tus pretextos ¿querías que te liberara? pues como, si nadie te tenía presa mas que tu misma, por no ver más allá de  lo que la imagen te proyectaba.
Así que mi medio se volvió contraproducente. Cuando me develé ante tí con mi verdadera esencia, me rechazaste, todas esas veces querías y solo querías hablar con la música. No se cuantas veces destruiste potencialidades por estar clavada ante esa idea, por que ahí mismo te enervabas. Sé lo oscura que fué la música para tí, sé también que pusiste toda esta carga ideológica sobre los hombros de una persona. Y sé que tuviste que ir hasta el laberinto de los años a pedir descansar.
Fue valiente claro, pero inecesario.
Por qué tu siempre, tu siempre tuviste la llave para abrir tus cadenas que te aprisionaban, y él mismo te lo dió a entender, como otros símbolos luego te lo mencionaron. Pero seguias fiel ahí, a la idea  de la música.
No sé como te atreves siquiera a querer seguir siendo música.
....
El silencio  incendió la habitación, sinceraemente me dolieron sus palabras mucho, y en otro tiempo me hubiera dedicado a atacar pero esta vez agache la cabeza y le solicité su perdón.
-Claro que te perdono, no soy como aquellos símbolos egoistas que se enervarán con su odio. Yo soy carne, y como carne te comprendo. Sé que te equivocaste, sé que me equivoqué, se entonces como sufriste ante lo que pasó. Sé de tus llantos en la oscuridad, y sé de que no había consuelo para tí. Sé que para sobrevivir en este caudal extraño sin duda te entregaste a la maldad.
Arrancaste corazones solo  como vampira, para ver si alguno quedaba en el hueco que tenías de tí misma. Pero todos se secaban, todos, morían.
Pobre niña lastimada,  fuiste como una bestia que te encaramaste en las sombras, mientras tus instintosde sobrevivencia  estaban a todo su explendor. Ahí mismo querida, caiste en los peores vicios, parece mentira en serio, sé de las calumnias que en tu joven edad pasaste y sé de aquellos radicales remedios que tomaste para sentirte mas sana. Sé de aquella estadía en aquel penoso lugar blanco en donde gente perturbada de su cabeza te tomó como amiga. También sé de todo esto, no creas que no lo ví.  Y sé que rogabas, rogabas todas las noches por que esa fuera la última de ese penar.
Ví cuantos médicos te llevaron para olvidar, y también ví cuando confrontaste tus terrores, ví cuando supiste de su caída, vi cuando lo viste de vuelta y caiste, vi  que destruiste tu mundo solo por obedecer a la idea que te mantenía segura. Hiciste cosas terribles en pos de esa idea, y yo estaba feliz viéndote caer constantemente. Ahora,  ahora también sé que cegué tus ojos y cerré tus oídos. Ya es tarde para reestablecer esos daños.
Solo olvida, ya no queda mas que olvidar.
Me ha dejado de sangrar esa herida -dije- Lo sé. Sé que estas tranquila al respecto, y sé que puedes convivir tranquilamente. Me alegra que hayas podido hacer esto sin mí, por que él tuvo el valor como ser humano de  escucharte y sensibilizarse con tu dolor.
Sé que el siempre será especial, y también sé que es bueno que tengas un amigo  en tu listado.
Que ya no seas la fiel sirviente del fantasma.
No quiero ser música -llorando le dije- todas las veces que he repetido ese panorama de serlo siempre termino siendo carbón. Me aventé de vuelta a sus brazos.
¿Qué quieres ser entonces?

No hay comentarios:

Publicar un comentario