lunes, 12 de julio de 2010

A los amantes de la belleza:


Hace un momento veía imágenes con una compañera de mi trabajo, de esas presentaciones que mandan  en power point a los correos exponiendo algún tema en particular –aunque algunas veces son simples cadenas  de buena suerte, amor, muerte  y destrucción- en donde te solicitan de la manera mas atenta –bajo amenazas de tener una vida llena de desgracias si no las mandas, o que no encontrarás al hombre/ mujer de tus sueños si no lo envías al menos unas 20 veces a tus contactos que fastidiosamente tomarán la maldición propagada por la superchería  humana-que envíes ese mensaje de …. Cualquier cosa.
A lo que hago referencia,  era una cadena de esas donde muestran artistas famosas en su estado natural, donde no tienen los efectos mágicos del photoshop, retoque fotográfico, ángulo de cámara y todo aquello que las hace verse como muñecas eternas de escaparate.
En aquellas fotos pudimos ver desde arrugas, estrías,  celulitis, dientes chuecos, cabellos ralos, piel opaca, todos esos signos de humanidad… de cuando el tiempo decide pasar por la piel y la carne y dejar huellas.
Claro, por ser personas de escaparate, se les critica, por mostrar signos de humanidad. Aquellos arquetipos de belleza inalcanzable… Criticados por sus espectadores que los miran. Como cuando un gobierno injusto cae, y el pueblo le apedrea. Porque aquellos modelos inalcanzables muestran debilidad carnal, todos aquellos sueños puestos en sus ideales caen.
No miran su propia carne por obedecer los mandatos de las publicidades y entretenimientos.
Criaturas torturadas, lastimadas, sobajadas en busca de la perfección, amantes de la belleza inalcanzable, que recurren a las mas terribles formas para alcanzar congelar el tiempo por momentos  en su carne, por todos los medios conocidos, botox, venenos de serpiente, operaciones, estiramientos, y todos aquellos medios artificiales para lograr ser como el ídolo.
Entonces al ver el ídolo vencido –que secretamente seguro odian/ envidian – se ríen, apuntan con sus mutilados dedos, sus sangrantes bocas inyectadas de silicona… Que decepción ver tu arquetipo caído a tus pies derrotado por una foto ensañada. Olvidan que también son seres humanos.
Muchos artistas entonces entran en el mundo de las drogas, depresión, excesos para poder sobrevivir de las acusaciones públicas, de la presión de ser perfectos  y eternos. De que la edad no los alcance, que los estragos de  la vejez no toquen sus bellas pieles.
Pero la carne, independientemente de lo bien cuidada que este se reseca, se muere.
La obsesión de la eterna juventud y la belleza. Hace que rompamos un tanto nuestra propia humanidad, obsesionemos nuestras mentes, y derrumbemos –probablemente nuestra salud-. Trastornos de alimentación, operaciones riesgosas, venenos y toxinas. 
No esta mal  pues que cuides de la manera natural tu cuerpo, puesto que es lo único que nos une con este mundo terreno, es nuestro “vehículo” que nos trasporta a diario, que nos permite sentir y experimentar dolor y placer, y todo aquello que a la carne se refiera.
Pero para que depositar falsas expectativas inalcanzables que están alteradas por medios electrónicos.
Somos pues los amantes dela belleza eterna.
Amante de las fantasías.
Y olvidamos nuestro verdadero camino por solo dedicarnos a la carne
-¿Cuál es el camino, quien te crees tu para descifrarlo?-
Bueno mi camino, que me creo todos tenemos –claro es mi ver- es el camino del aprendizaje. De que nuestra esencia  crezca, y no sea inútil nuestra estadía terrena. Cuidar nuestro cuerpo no nos asegura que este bien pero disminuye las posibilidades de morir pronto.
Después de todo aunque hagamos todo lo posible  la muerte nos alcanza y hasta quienes no lo hacen… Es todo un gran juego de azar. Ahora solo esta en nosotros algunas cosas que pueden disminuir o aumentar las posibilidades que pasen o que no pasen.

Y quienes crean en dios…. Que felicidad.  Pero a mi me aterra pensar que mi destino esta escrito y que haga lo que haga es definitivo. ¿Qué clase de vida es esa? Lo único definitivo entonces es que moriremos.  Pero hasta ese día sea el día que sea hoy o dentro de muchos años algo debemos hacer con nuestra existencia.

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